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Viernes 03 de junio,
después de desayunar y recibir la equipación, carnet de ruta y diferentes instrucciones por parte del organizador Capi, nos dirigimos a la zona de salida de la Al Andalus 2016.
Después de un acto protocolario por parte del Concejal de deportes, sesión de fotos y firma de un control secreto, a las 10:00 horas de la mañana comienza esta aventura de 2000 km desde Villanueva de Córdoba.
La representación constaba de 3 madrileños, 2 vascos, 1 asturiano, 1 catalán, 1 murciano, 1 manchego y 1 gallego.
Los primeros 180 kilómetros llanos con suaves repechos, rodamos los 10 juntos y pasamos los controles de Hinojosa del Duque, Valverde de Llerena y Alanís.
Tras un pinchazo Juan José “El Catalán” nos pide que no esperemos y sobre el kilómetro 180 cuando empieza la carretera a picar para arriba, no consigo seguir el ritmo del grupo y tras un calambre en el muslo derecho decido mentalizarme para seguir caminando el resto de prueba totalmente solo y a mi ritmo.
Llegado al embalse de El Pintado, saco unas fotos y a partir de aquí empieza una serie de puertos en 30 km de distancia que entre la propia dureza y el calor se me hacen interminables. Tras un cambio de carretera llego a Real Jara donde decido cenar un buen plato de costilla con patatas.
Llegada la noche, la carretera con muy buen asfalto es un continuo sube y baja, y ya no vuelvo a parar hasta el control de Aracena en el km 283 donde encuentro un mesón en el cual el camarero empieza a interesarse por el tema y tras unas consumiciones me regala un paquete de patatas para pasar la noche.
Siguiendo con la buena carretera y continuas subidas y bajadas leves, llego al siguiente control del Rosal de la Frontera en la que ya está todo cerrado. Foto y en marcha hasta el desayuno en Cabezas Rubias. A partir de aquí empieza un tramo de carretera bastante rota y rodeada de grandes olivos que vuelve a llevarme otra vez a una carretera con buen asfalto y continuos repechos suaves.
Sobre las 09:00 de la mañana empieza a darme el sueño y decido tomarme un gel que nunca había probado con cafeína; dolor de estómago, náuseas y malestar. Decido tomar una manzanilla, pero nada. Decisión: echarme a dormir una horita debajo de un olivo, ¡como nuevo! Abro los ojos y pasa una grupeta de ciclistas que me grita: ¡ahí estás como Dios! se ríen y me saludan.
Arranco y llego a Lepe, sello y como las barritas energéticas oficiales de la prueba, pan con jamón y un zumo. Continuo la marcha hasta llegar a Huelva donde como en una terracita en frente de la Ría.
Salida de la ciudad con carretera y arcén ancho que discurre entre el Parque de Doñana en la pica un poco hacía arriba pero se rueda bastante rápido.
Cambio de carretera hacía el Rocío con muchísimo tráfico y un arcén ancho pero bastante abrasivo que no deja rodar bien la bicicleta. Sello en la gasolinera de El Rocío y continúo el último tramo por carretera bastante buena sin arcén hasta la llegada a Bormujos sobre las 22:00 horas en la que Sutton me espera en un hotel de 4 estrellas, todo un lujo. (614km)
Domingo 05 de junio,
un mosquito me despierta y ya no vuelvo a dormir, decido emprender la marcha a las 6 de la mañana. Llego hasta Sevilla y según entro en la ciudad se oye el ruido de las discotecas y las carcajadas de la gente. Circulo por el carril bici el cual no abandono hasta salir de la ciudad y del que muchas veces me tengo que salir porque está lleno de gente que aún anda de fiesta y de los cuales escucho todo tipo de comentarios.
Salgo de Sevilla amaneciendo y en Dos Hermanas me duelen las piernas, fisiocrem y para adelante.
Tras larguísimas rectas de la N-IV, desayuno en Cabezas de San Juan la típica barrita Al Andalus (tostada con jamón y aceite). Continúo la marcha por buena carretera, repechos suaves y en la que cada vez el tráfico es más intenso y en la que el paisaje se va tiñendo de color amarillo por los abundantes girasoles, para ya en la provincia de Cádiz plantarme en Sanlucar de Barrameda y poner el sello correspondiente en el carnet de ruta.
Avanzando entre carril bici y la carretera paso Chipiona y Costa Ballena para llegar a Rota bordeando la base naval y desde la que muy a lo lejos diviso lo que parece el mar.
Avanzando rotonda tras rotonda llego a una gasolinera del Puerto de Santa María y le pregunto a una persona que va en bici de montaña dónde puedo comer, y el tío muy amable me dice que lo acompañe que me lleva hasta la zona, pero veo que en un semáforo no saca la mano del gps, por lo que doy largas enseguida. Ya en el restaurante al lado del río Guadalete, quedo con Sutton para meternos una paellita, ensalada, unas cervezas, postre y café al son de un camarero muy simpático y con mucha alegría y que le “jodio” unos cigarrillos a Sutton.
Ya en ruta, viento a favor y entre eólicos, llego a una carretera que bordea la autovía y que durante kilómetros me lleva en un sube y baja en la que se rueda sin dificultades, hasta que llego a una zona con la carretera cortada y con una valla que prohíbe el paso. Observo que en lo alto hay una gasolinera y decido atravesar la valla, pasando la bicicleta por encima, subo un repecho con casi un 20% de desnivel y observo que la carretera se ha derrumbado y que un coche no pasaría. Al llegar arriba otra valla obstaculiza el paso y desde ahí solo veo salida a la autovía. Paro en la gasolinera, repongo y me dicen que si sigo el cartel anterior llego a otra rotonda que tiene salida hacia una vía de servicio que sigue discurriendo paralela a la autovía.
Allá vamos, viento en popa hasta que un giro a la derecha que entra en la carretera A390 hacía las playas, hace que golpee de costado y en algunos tramos en contra, que sumado a las prolongadas subidas hacen que el desgaste empiece a ser notable.
A 40km de Algeciras están los coches en caravana que ya no pararían hasta la misma ciudad. Un horror, gente andando por el arcén, coches intranquilos, gente haciéndome todo tipo de comentarios. Acabé con los dedos reventados de tanto frenar, y el retraso con lo previsto bastante considerable. Pasado Tarifa hay una subida dura hasta el Mirador del Estrecho en la que ya se me hizo de noche. Por fin veo el mar en toda la ruta, pero ya es de noche. La bajada muy estresante por la cantidad de vehículos, hasta que llego a Pelayo, un pueblo a unos 10km de Algeciras y en el que veo a Sutton apartado en la parte izquierda de la calzada. El pobre hombre estaba desesperado, 4 horas de atasco. Decido cenar allí y Sutton busco hogar, una casita entera para nosotros solos. Cenamos unos tapas no muy nutritivas al ritmo de Camela y de lo Chichos. A las 00:00 horas en cama.(898km)
Lunes 06 de junio,
salgo sobre las 7:00, 10km de bajada hasta Algeciras ya sin ningún coche, sello y desayuno. Por autovía hasta San Roque en la que se sale a una carretera en la que hay una subidita prolongada y exigente en la que después hay una bajada con bastantes curvas que te lleva hasta Guadiaro. El track me lleva a una casa llena de naranjos. Decido seguir la carretera, estoy fuera del track, cruzo un par de rotondas y empieza la entrada a la autovía que comparte asfalto con la N340, una auténtica odisea. El tráfico cada vez es más intenso, los coches pasan a ciento y largos, y el arcén llegaría a los 50 cm. Buen asfalto y bastante llano en la que se rodaba muy rápido, pero el estrés debido al tráfico se iba acumulando. Muchas veces me salía a una especie de camino asfaltado paralelo pero era intransitable. Parada en Marbella, fotos y vuelta a la N340 que me lleva a Calahonda en la que ya cansado de la Autovía me salgo por la primera salida. Salgo a una playa en la que hay un chiringuito, y los chavales del mismo me trataron de lujo. Me invitaron a lo que consumí y se interesaron por lo que estaba haciendo, comentándome que el día anterior por eso vieron a un grupo de ciclistas con luces y chalecos por la carretera. Sello y sigo a Fuengirola para comer con una antigua compañera de trabajo en un chiringuito de la playa. Ensalada y espeto con postre y café, un par de horas y vuelta a arrancar por carretera convencional bordeando la costa.
Pasado Benaldamena y Torremolinos, llego a Málaga en la que me empieza a doler bastante el tendón de Aquiles. Sello y tengo dificultades para pedalear. Me costó bastante emprender la marcha y a la salida de Málaga me pongo a rueda de un ciclista vestido del Movistar. Pasado los kilómetros le pregunto si no le importa que vaya a rueda, y me dice que no, empezando a interesarse el tema. Me vino muy bien porque me olvidé del dolor. 40 km que me lleva el tío hasta Torre del Mar a un ritmo majete, aunque en las subidas me exigía un poco, pero que me vino genial para desconectar de la soledad. Llegamos a su pueblo y le digo que le invito a algo, acepta, intercambio de teléfonos y dice que quiere seguirme por la aplicación de teléfono. No he parado de recibir mensajes de apoyo de Domingo desde ese momento.
Continuo la marcha, pasando por paisajes de acantilados impresionantes en la que se va haciendo poco a poco de noche para llegar a Almuñecar en la provincia de Granada sobe las 23:00, en la que como no, me esperaba Sutton y a descansar. (1121km)
Martes 07 de junio,
desayuno en el propio hotel junto a unas cuantas personas en estado de excitación y arranco a las 05:30 horas, me cuesta, hay dolor y sueño, por lo que decido poner música en el móvil a ritmo de M80 y parece que me anima. La ruta de la mañana me encanto, bordeando la costa de Almería entre mares de invernaderos. La verdad que me sorprendió, Castell de Ferro, Castillo de Baños, La Mamola … subiendo puertos llego hasta Adra, desayuno y a partir de aquí ya cambia la carretera, una vía de servicio con bastante tráfico hasta llegar a Aguadulce en que vuelvo a bordear la costa entre barrancos impresionantes para llegar a Almería.
Sigo bordeando la costa y al pasar el Aeropuerto, el día se convierte en una odisea. Empieza a soplar el viento de costado con el comienzo del Parque Natural de Cabo de Gata, es tan fuerte que a veces me acojono porque me tira hacia la carretera. Giro radical en una rotonda hacia la izquierda y el viento sopla de frente. Es tan fuerte que en el llano miro el cuentakilómetros y no avanzó más que a 10km/h.
Grandes subidas por la zona de Cabo de Gata con el viento en contra. Corono puerto y empieza una bajada con viento a favor en la que estaba tan agotado y tan a gusto que voy pensando en mis cosas y de repente suena el teléfono, decido cogerlo y para mi sorpresa es Felipe avisando de que me pasé el cruce ¡en directo! Me hizo mucha gracia, pero no tanta los 5 km que me pasé con un viento en contra brutal para volver a la ruta. Tras subir varios repechos muy duros, vuelvo a salir a la nacional en la que en una gasolinera veo a Sutton, me dirijo hacía él y según llego me tiró al suelo, estoy agotadísimo.
Ruedo hasta Carboneras, ceno y descanso un poco. Decidimos que tire hasta Huercal-Overa y allí pasar la noche. Grandes subidas, y mucha costa con hoteles que se me hizo interminable. Llegue a Huercal sobre las 02.30 de la mañana, completamente vacío y con mucho sueño. Según llegué me quedé dormido. (1409km)
Miércoles 8 de junio,
me levanto muy cansado. Salgo de Huercal-Overa y empiezo en subida hacia El Puertecico, que se me hace muy dura porque tengo un dolor impresionante en el tendón de Aquiles, pedaleo, paro, y así sucesivamente durante 1 hora. Después de estar sentado un buen rato, monto en la bici y sorpresa, oigo un grito, miro para atrás y es Juan José “El Catalán”. Me vino genial porque mientras íbamos hablando se me olvida el dolor. Coronamos puerto, bajada y vuelta a otro puerto, María. Bajada y vuelta a subir puerto, para ya entrar en la provincia de Granada y llegar al control de Puebla de Don Fadrique donde como con Sutton.
El Catalán arranca un poco antes que yo, y lo primero que viene es como no, otro Puerto, Del Pinar. Bajada y cambio radical de paisaje para entrar en la provincia de Jaén en la que nada más pasar un túnel ya se escucha el agua. Me uno de nuevo a El Catalán. Seguimos subiendo puertos y bajando, entre parajes de cañones impresionantes hasta llegar al control de Las Juntas.
Los siguientes 70 km fueron un infierno, subes y bajas continuos por una carretera estrecha y en el que el paisaje no variaba nada bordeando un rio entre pinares. Ya anocheciendo El Catalán pincha y como él llevaba rodando desde las 3 de la mañana e iba a dormir en Siles, le comento si no le importa que siga y arranco solo, camino que continuó siendo muy duro.
Se me hizo de noche y no paraban de cruzarse los corzos. En estos 70 km no hay ni cobertura y solo encontré un bar y casi al final. Por fin carretera buena y ancha y paro a cenar sobre las 22:30 h de la noche al pasar Siles. Como veo que he perdido bastante tiempo en el día de hoy decido continuar.
Entro en una carretera llana en la que se rueda rápido bordeando el embalse de El Tranco, llena de árboles y corzos, que se hace bastante monótona y en la que me entra tanto sueño que tengo que parar. Sobre las 2.30 no encuentro ningún pueblo y me quedo en el Mirador Félix Rodríguez de la Fuente, al que hay que subir unas escaleras y decido cruzar la bici en la entrada ya que no paran de oírse ladridos de corzos, que la verdad meten un poco de respeto. Saco la manta de emergencia, me envuelvo y no me despierto hasta las 5 y media. (1680km)
Jueves 9 de junio,
5.30 me despierto calentito, todo menos un pie que me quedo fuera de la manta ¡El colchón un poco duro! Arranco hasta Arroyo Frio donde desayuno dos veces. Otro puerto, el Alto de las Palomas y bajada en la que el paisaje se convierte en grandes extensiones de olivos.
Llego al control de Cazorla, desayuno otra vez y el camarero se interesa por lo que hago, cuando me voy me regala el calendario de la Eurocopa de recuerdo. A partir de aquí el termómetro empieza a subir de manera exagerada. Una larga subida a Villacarrillo a las 11 de la mañana y ya con 36 grados. Llego al pueblo disecado. Sello y sigo. Casi tengo que parar en cada pueblo a reponer combustible y muchas veces parar en alguna sombra. En Castellar ya me echo directamente debajo de la fuente y continúo hasta Navas de San Juan donde sello y como.
La subida larga hasta Úbeda se hace eterna, 43 grados parando cada pocos metros debajo de un olivo para ponerme a la sombra. Paso Úbeda y Baeza y llego a Lupión, sello tomo algo y a los pocos kilómetros me encuentro con el organizador Capi con el que charlo un rato y me acompaña con el coche varios kilómetros.
Llego a Mengibar a las 23:30 a un restaurante, donde me dicen que tienen la cocina cerrada y decido seguir a base de barritas. Subidas largas y el sueño, me retrasan la llegada a Andújar hasta pasadas las 2 de la mañana. Tomo un par de bebidas energéticas y continúo.
El siguiente tramo se me hizo interminable, unos 30 km de subida lleno de todo tipo de bichería, sin ver una luz. Me quede sin batería en el gps y en el móvil. Llego a Cardenas y solo veo un cartel de dirección a Villanueva a la salida del pueblo, y no vuelvo a ver otro hasta la llegada. Salgo de Cardenas y tras una rotonda y un cruce con Stop, empiezo a dudar si voy en el sentido correcto.
30 km de carretera rápida con viento en contra y en la que cada vez me surgen más dudas si voy por el camino correcto. Consigo parar un coche y me confirma que voy por la dirección correcta. Por fin giro en un cruce a la izquierda y diviso a lo lejos Villanueva de Córdoba. Entro en el casco urbano y pregunto a un panadero que está haciendo el reparto, por dónde tengo que ir. Consigo llegar al punto de inicio, y con mucha alegría pero completamente agotado me dirijo al Hotel El Volao para dar finiquito a esta locura. ¿2003km?